Martes 5ª semana DA
Nada más engañoso que reducir la vida a la obtención de dinero para satisfacer los interminables deseos humanos. Menos mal que son muchas las personas que luchan por que la vida sea trabajar para vivir y no vivir para trabajar. No se puede apadrinar desde el cristianismo la religión de la prosperidad que, incluso en nombre de Dios, olvida cuidar de la vida en todas sus formas y compartir los bienes de la Creación.
No cuidar de sí mismos y de los suyos, esclavos de un consumo insano y depredador, es faltar al mandamiento de Dios.
Desde la familia y la comunidad se deben promover los auténticos valores y no aquellos que imponen las leyes del mercado o del capital. Por eso para Jesús lo más importante es la defensa y el cuidado de la vida.
Ojalá que prevalezca entre nosotros el compartir y no el acumular, el cuidar y no el explotar, el amar y no el aprovecharse.

Cómo quisiera yo, al final de mi camino de fidelidad, que alguien joven retomara la antorcha de esperanza que yo estoy a punto de entregar a los que son capaces de decir si y permanecer fieles. Lo conceda el Señor! Nos acompaña María!
Eduardo Pironio
